Se imprimen entonces las piezas en 3D hasta realizar árboles de resina que pronto, con el calor abrasador, cederán su sitio al metal precioso.
Cada pieza es cortada y lijada de forma individual.
Por último, el valioso metal de cada pieza se pule hasta obtener todo su brillo posible, con el fin de que sume sus destellos al de los diamantes y a la luz de quien porta la creación Naos.
Para convertirse en una joya Naos hay que recorrer un largo viaje, sólo posible gracias a los meticulosos detalles e inspecciones de calidad realizadas en cada escala.